Es un domingo cualquiera, el sol brilla y calienta, lógico estamos en noviembre , el silencio se apoderó de la tarde, busco motivos o cosas para llenar esta soledad que me atrapa, escribir lo quizás me libere o distraiga, aunque por momentos tu recuerdo me toma y nada puedo hacer sino respirar profundo , mirar el cielo azul y esperar que pase esa sensación de vacío que impone tu ausencia.
Por momentos me lleno de ira por depender de tu presencia para encontrarle sentido a mi vida.
Me siento prisionero de este amor acostumbrado y quizás no correspondido, afuera el olor a pasto recién, cortado, adentro la brisa primaveral que refresca el cuerpo acalorado y los sentidos abrumados por un vino que acompaña a mitigar tu desamparo, todo es quietud, como un paramo olvidado, donde el tiempo se detuvo y quedo tu presencia impregnada en pequeñas cosas cotidianas hasta en el más mínimo detalle, y más bronca me dá darme cuenta que te extraño.
Me alienta el saber que las horas transcurren imparables y que solo resta esperar para volver a encontrarte y volver a beber de la tediosa rutina que me une pero que en definitiva, ….maldita sea calma mi sed ….
Arturo Mingolo
Por momentos me lleno de ira por depender de tu presencia para encontrarle sentido a mi vida.
Me siento prisionero de este amor acostumbrado y quizás no correspondido, afuera el olor a pasto recién, cortado, adentro la brisa primaveral que refresca el cuerpo acalorado y los sentidos abrumados por un vino que acompaña a mitigar tu desamparo, todo es quietud, como un paramo olvidado, donde el tiempo se detuvo y quedo tu presencia impregnada en pequeñas cosas cotidianas hasta en el más mínimo detalle, y más bronca me dá darme cuenta que te extraño.
Me alienta el saber que las horas transcurren imparables y que solo resta esperar para volver a encontrarte y volver a beber de la tediosa rutina que me une pero que en definitiva, ….maldita sea calma mi sed ….
Arturo Mingolo