lunes, 9 de noviembre de 2009

UN DOMINGO CUALQUIERA

Es un domingo cualquiera, el sol brilla y calienta, lógico estamos en noviembre , el silencio se apoderó de la tarde, busco motivos o cosas para llenar esta soledad que me atrapa, escribir lo quizás me libere o distraiga, aunque por momentos tu recuerdo me toma y nada puedo hacer sino respirar profundo , mirar el cielo azul y esperar que pase esa sensación de vacío que impone tu ausencia.
Por momentos me lleno de ira por depender de tu presencia para encontrarle sentido a mi vida.
Me siento prisionero de este amor acostumbrado y quizás no correspondido, afuera el olor a pasto recién, cortado, adentro la brisa primaveral que refresca el cuerpo acalorado y los sentidos abrumados por un vino que acompaña a mitigar tu desamparo, todo es quietud, como un paramo olvidado, donde el tiempo se detuvo y quedo tu presencia impregnada en pequeñas cosas cotidianas hasta en el más mínimo detalle, y más bronca me dá darme cuenta que te extraño.
Me alienta el saber que las horas transcurren imparables y que solo resta esperar para volver a encontrarte y volver a beber de la tediosa rutina que me une pero que en definitiva, ….maldita sea calma mi sed ….
Arturo Mingolo